Existen múltiples posibilidades para la planificación y diseño de la cocina actual. Teniendo en cuenta el espacio y las necesidades de las personas que usarán la cocina, dispondremos de varias soluciones que serán determinantes a la hora de elegir la forma y diseño adecuados, facilitando los desplazamientos ergonómicos. En todos los manuales de la cocina desde los años 50 se sigue proponiendo el conocido triangulo de trabajo como vemos a continuación.
En cocinas en las que tan solo disponemos de una pared para amueblar. Esta es la solución más adecuada, ya que dejaremos un paso cómodo para poder movernos con soltura y dispondremos de aquellos muebles que nos ofrezcan mayores posibilidades de almacenaje en línea.
Este tipo de solución es quizá la que mejor aprovecha los espacios limitados. En ambientes suficientemente anchos y alargados con un mínimo de 1200 mm entre la línea de muebles, nos permite tener acceso libre a los cajones y otros muebles bajos.
Para el diseño de la cocina en L, debemos prestar atención a la disposición de los distintos muebles a fin de evitar largas distancias entre los más usados de la cocina. Este formato nos proporciona además un extra de almacenamiento gracias a las soluciones que existen para los muebles en esquina.
Cuando las características de la habitación nos permiten amueblar en tres paredes. La cocina en U es acogedora y funcional, y nos ofrece la posibilidad de utilizar tanto columnas como altos, de modo que dispongamos de diferentes y variadas soluciones operativas y de almacenamiento.
La península en la cocina posibilita distintas opciones como albergar la placa vitroceramica, el fregadero o una superficie de trabajo o de desayuno.
En espacios amplios y abiertos, una isla siempre proporciona una gran superficie de trabajo y un entorno agradable y de gran diseño. Pero nos obliga a ser muy minuciosos en lo que a instalaciones se refiere debido a que las instalaciones han de realizarse por el suelo de la habitación.